César Vallejo

César Vallejo es uno de los poetas más singulares de la poesía latinoamericana. Lo primero que nos asalta de su obra es la búsqueda de la mayor proximidad entre palabra y realidad vivida para ir creciendo hasta ser un emblema literario y humano, con su personalísimo acento de niñez desamparada, de ternura aborigen, de humanidad doliente, de mestizaje conflictivo.


Biografía: César Vallejo nació en Santiago de Chuco, Perú, el 16 de 1892. Sus abuelos eran Españoles y sus Abuelas quechuas. Es el menor de una familia de once hermanos. Desde niño experimentó la difícil subsistencia de una familia numerosa. Su padre, Francisco de Paula Vallejo Benítes, se desempeñaba como funcionario menor de la administración pública, mientras la madre, María de los Santos Mendoza Gurrionero, cultivaba la huerta y preparaba el pan. En Santiago de Chuco va a la escuela y toma la costumbre de registrar en un cuaderno todo lo que observa. También en esos años sueña con ser obispo y disfruta haciendo sonar las campanas parroquiales.

Cursó la enseñanza media en Huamachuco y luego en Trujillo entró a estudiar Letras en la universidad local, es en esta época cuando Vallejo empieza a decubrir la literatura. Pero también conoce los prematuros trabajos en faenas mineras o el de cajero en haciendas de azúcar. Gran parte de esta experiencia quedará expresada más tarde en su novela "El Tungsteno". A pesar de estas dificultades, cursa hasta tercer año de Derecho y simultáneamente, en 1915, se gradúa de bachiller en letras con una tesis sobre poesía castellana y el romanticismo, la tesis se llamaba: “El romanticismo en la poesía española”. Lee con interés a los clásicos españoles y frecuenta, con más interés aún, la bohemia trujillana, donde conoce a Antenor Orrego, uno de sus primeros amigos en el campo de la literatura. Juntos leen a Darío, a Unamuno, a Whitman y a los poetas franceses modernos (Baudelaire, Verlaine). Vallejo vive uno de los períodos más intensos de su vida. Se traslada a Lima en 1918 y este mismo año publica, en una edición casi marginal, "Los Heraldos Negros", obra en la que ya se encuentran presentes las constantes de su poesía. Este libro rompe de inmediato la tradición simbolista-modernista de entonces.

Mientras trabaja como preceptor en colegios limeños recibe la noticia de la muerte de su madre, ocurrida en Santiago de Chuco. Entonces se matricula en la Universidad Mayor de San Marcos para unos cursos de doctorado, Vallejo vive un período de fervorosa actividad universitaria. De vuelta a su aldea natal es acusado de participar en disturbios y revueltas -saqueos, incendios, muertos-. En 1920 lo detienen en Trujillo y permanece en la cárcel durante tres meses y medio. Gracias a la intervención de intelectuales y estudiantes Vallejo recobra la libertad en febrero de 1921, pero este suceso lo marca para siempre y queda registrado en algunos de sus poemas más dramáticos, escritos originalmente en las paredes de su celda. En 1922 publica su obra cumbre: "Trilce". De 1923 datan dos volúmenes de cuentos; "Escalas melografiadas" y "Fabla salvaje". En junio de este año se dirige a vivir a París, en un viaje sin retorno. Su estadía en París la alternará con breves viajes a España y a la entonces Unión Soviética. En parís conoce al poeta chileno Vicente Huidobro y se relaciona con la mayor parte de la bohemia, anda de hotel en hotel y es habitual encontrarlo en los cafés de Montparnasse o el de la Régence, o rodeado de latinoamericanos que lo ayudan, lo hospedan, le dejan sus habitaciones. Continúa su trabajo poético y se gana la vida como redactor en la oficina de los grandes periódicos iberoamericanos y, luego, como articulista de las revistas limeñas "Mundial" y "Variedades". Conoce a Georgette Philippart que se convertirá en su mujer. De su experiencia en la Unión Soviética surge una serie de reportajes y reflexiones que dan origen a su libro "Rusia en 1931". En diciembre de 1930 un decreto de gobierno francés lo expulsa del país acusándolo de ser un agitador peligroso. Entonces, con Georgette, viaja a España y se vincula con la más notable de la vida poética del país: Federico García Lorca, José Benjamín, Rafael Alberti, Antonio Machado, Luis Cernuda. Vallejo regresa a París gracias a las gestiones de Georgette, pero ya sus tareas en los periódicos las había dejado a un lado y durante meses no tiene más que arroz y café para vivir. En 1936, la pareja se instala en el Hotel du Maine, última residencia parisina del poeta. Viaja de nuevo a España y en 1937 participa en un congreso de escritores antifascistas que se celebra en Valencia. Sale de la reunión desilusionado. César Vallejo muere en marzo de 1938.

Reseña: César Vallejo es uno de los poetas más singulares de la poesía latinoamericana. Lo primero que nos asalta de su obra es la búsqueda de la mayor proximidad entre palabra y realidad vivida para ir creciendo hasta ser un emblema literario y humano, con su personalísimo acento de niñez desamparada, de ternura aborigen, de humanidad doliente, de mestizaje conflictivo. Vallejo está más allá de escuelas, tendencias y límites geográficos, por la universalidad que alcanza en el lenguaje su sentimiento trágico de la vida. Al publicar su libro de poemas "Trilce" Vallejo crea dentro del castellano y sin modelo extranjero un nuevo lenguaje poético, una nueva técnica literaria. El poeta no se propone ser nunca original, sino que su originalidad emerge de la necesidad interna de su emoción, de su expresión poética virginal. En ese nuevo lenguaje tienen cabida todas las alteraciones de sintaxis, todos los tonos conversacionales y mucho más. Vallejo cultiva su propia vanguardia, por así decirlo. Venido de la sierra peruana, el poeta se ubica en la primera línea rupturista con sus decires poéticos que intentan rescatar lo viejo y arcaico, lo mestizo e indígena, lo familiar y lo hogareño con renovada significación e inventiva. En "Los heraldos negros", su obra inicial, asoma ya ese sentimiento de tristeza que denuncia la imagen de un Perú humillado, que padece una horrible y tenebrosa explotación. Mientras que el dolor y el desasosiego se vuelcan en su libro "España, aparta de mí este cáliz", y el hambre y escasez lo deja retratado en su poema "La rueda del hambriento", así se va gestando un poeta que asume el dolor colectivo, que deja que esa amargura penetre su sangre y se mezcle con su propia amargura. La voz del poeta no sólo confiesa su angustia íntima o la angustia mestiza del peruano, sino que va más allá, a las causas de la humillación de la raza, y al triste designio del ser humano. En su poesía el dolor es más dolor, la tristeza sin límites se descubre, la desesperanza más desesperanza, a consecuencia del verso que a fuerza de impresionantemente sencillo se hace rotundo y concreto, y al fin su obra de profunda sensibilidad se agiganta y magnifica. Si bien el poeta escribió alguna obra narrativa (novela y cuentos) es considerada una obra menor. Pero como poeta es indudable su envergadura, su amplitud y su particular profundidad.

Bibiografía-Obra: Los heraldos negros, Trilce, España, aparta de mí este cáliz, Tungsteno, etc.

POEMA


¡CUIDATE ESPAÑA, DE TU PROPIA ESPAÑA!


¡Cuídate, España, de tu propia España!

¡cuídate de la hoz sin el martillo,

cuídate del martillo sin la hoz!

¡cuídate de la víctima a pesar suyo,

del verdugo a pesar suyo

y del indiferente a pesar suyo!

¡cuídate del que, antes de que cante el gallo,

negarate tres veces,

y del que te negó, después, tres veces!

¡cuídate de las calaveras sin las tibias,

y de las tibias sin las calaveras!

¡cuídate de los nuevos poderosos!

¡cuídate del que come tus cadáveres,

del que devora muertos a tus vivos!

¡cuídate del leal ciento por ciento!

¡cuídate del cielo más acá del aire

y cuídate del aire más allá del cielo!

¡cuídate de los que te aman!

¡cuídate de tus héroes!

¡cuídate de tus muertos!

¡cuídate de la República!

¡cuídate del futuro!...

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